Ir al contenido principal

Entrenamiento canino...

Ya tenemos perro en casa... la realidad es que es muy demandante y necesitamos que tenga un buen comportamiento con nosotros y sobre todo cuando no estamos pues no tenemos patio y lo mejor es que pueda estar en la sala y la pequeña zotehuela* conviviendo con Lyra, nuestro gato.

En la primera semana estábamos tan decididos a hacer de esta perrita una buena mascota que tomamos la resolución de llevarla a clases. Encontramos varios lugares de todo tipo y presupuestos. Descubrimos, por ejemplo que existe un rancho en el bosque que los recibe hasta por un mes, por puro recreo o bien para entrenarlos. Creo que para aquellos que no tenemos hijos (y dudamos aún de tenerlos) seguramente resulta como un campamento de lujo para los niños en verano. Sin embargo somos fans de César Millán y vimos en su entrenamiento sin castigo y sin premios los rasgos que queríamos para entrenar a nuestra nueva inquilina.

Resulta que en Puebla** hay varias opciones, desde las clases en el centro comercial especializado en canes, hasta los entrenadores personales que suben sus fotos y videos a Facebook. Entonces elegimos a una pareja muy particular. Se trata de Apolo y Julieta pues el primero es experto en canes y ella es psicóloga.

Nos encantan tres cosas:  No gritos, No golpes, No premios!!!

Caminata incial...
Además de atender nuestros mensajes de inmediato y ser grupal, el precio es razonable y cada centavo vale en sus clases. Comenzamos el domingo siguiente.

El sábado, Helga había pasado por una traumática revisión médica que en principio sería su esterilización pero al final resultó que ella ya había sido esterilizada, pero la anestesia la traía atontada y nos preocupaba la relación entre el coche y las vacunas del primer domingo y ahora esto. Sin embargo se subió en el coche. Era muy de mañana y los tres estábamos un tanto dormidos, así que con esa energía del que no sabe qué ocurrirá pero se siente feliz, llegamos.

Ya conocíamos un poco el parque, Apolo y Julieta nos recibieron y nos prestaron un collar de entrenamiento y nos llevaron a todos los del grupo a un solar bastante cómodo y sin tantas distracciones.

Comenzó la clase y descubrimos que Helga es muy lista. Aprendió rápidamente a seguirnos y a sentarse. Lo mejor de esto es la obediencia, lo difícil es no estresarte porque cometes mil errores.


Helga aún batalla con algunos comandos, nosotros con no confundirlos, pero estamos seguros de que será un excelente perro. Aún no sabemos si la tendremos como mascota o la daremos en adopción pues tenemos poco espacio y últimamente nada de tiempo.

Les recomiendo una cosa... si tienen un perro en casa entrénenlo, hay varias formas: sin gritos, sin golpes y con premios. La última no me gusta tanto porque no siempre habrá parné para comprar el soborno favorito pero la idea del juego nos encanta, sólo que implica mucho más tiempo. Lo mejor ha sido descubrir que... las caricias también son recompensas para los perros!!!


Helga rebelde... 
El grupo. 

Helga






*azotehuela
**Puebla, México


Comentarios

Entradas populares de este blog

Galletas para perro

No saber cocinar es una de las cosas de las que NO estoy orgullosa, pero es mi realidad. Nunca tuve tiempo ni gran interés por la cocina. Mi mamá decía que si trabaja podría evitar ser una ama de casa. Lo que no me dijo es que si quieres un esposo y formar con él una familia, tienes que cocinar, porque cada plato es una forma del amor. Un día antes de que resguardáramos a Helga, compramos una estufa, llevábamos un par de años con una parrilla espantosa y yo me resistía a cocinar en ella. Me recordaba de alguna forma lo indigna que yo era para una cocina amorosa. Por eso compramos la estufa, así Javier sería mi maestranza*, esa suerte de compañero de viaje culinario que te ayuda a cortar, amasar, freír, rebanar, sazonar... a cumplir las cosas que sueñas para que él mismo sea quien las saboree.  Y entonces llegó Helga, con sus caballazos y sus rabietas en las clases, y también su calma por las noches al pie de la puerta. Así que en la tercera semana, yo de vacaciones y el horno s

¡Prima, nos regalaron un perro!

La familia de mi papá tiene varios amigos que se dedican a criar perros de raza pura. Así tuve a mi Fifí, un samoyedo hermoso y muy latoso; después a Yocasta una golden retriver preciosa. Hace unos meses a mis primos les regalaron un rodesiano al que llamaron Rocky. Cuando lo vimos parecía más un boxer confundido que lo que realmente es. Resulta que es de una raza que proviene de un perro semisalvaje de África, que algunas tribus aborígenes aún usan como apoyo al cazar y para proteger al ganado por las noches. Su caraterística principal es tener en el lomo una línea muy bien definida de pelo crespo más largo que el resto y que atemorizaría hasta al más calmo de los hombres.  ¿Qué temperamento tiene?  Lamentablemente en México no hay forma de regular con firmeza las cruzas, así que mis primos recibieron como obsequio al hijo del descuido... es mitad rottweiler y mitad rodesiano. Tienen un monstruo de pelo crespo, que no ladra antes de atacar, super fuerte y con cara de &q

Un perrito que se parece a Helga... ¡¿Nos quedamos sin perro?!

Cuando decides adoptar a un perro de la calle, no es por una situación fortuita. Es decir, debe producirse empatía. Esta condición es la que nos permite ponernos en los zapatos de otros, cuando se trata de los perros, pensamos en su seguridad, en su salud o en su triste situación de desgracia callejera. Helga no es un perro resentido, por el contrario se acercaba a los vecinos dando la pata, consiguiendo así comida. No estaba desnutrida ni deshidratada. Pero vivía en la calle. Llevaba tres semanas merodeando el edificio cuando decidimos resguardarla. Las lluvias van a comenzar en cualquier momento, además no babea y me ha caído muy bien. La primera semana nos entusiasmamos tanto que no buscamos información de cómo rescatar a un perro de la calle. ¡Vaya cosa!, justo caímos en la cuenta de que debíamos ser decentes y buscar a su familia al final de la segunda semana y ya la llevábamos a clases. El remordimiento acabó conmigo y con Javier. Estábamos tan felices de que nos avisara cu